viernes, 3 de julio de 2015

Mensaje en la botella

He dejado esto "para mañana" infinidad de veces. Soy algo así como la reina de la procrastinación y creo que es tiempo de no esperar más "lunes", "primera operación", "primera quimio", "caída del pelo", "hora de pelarse" ni ningún otro momento clave de este proceso. Porque ya no debo continuar necesitando una excusa para escribir, desahogar y compartir. El tiempo es hoy y ahora.

Este blog es algo así como el mensaje en la botella que arrojo al mar, con la esperanza ingenua de llegar a manos/ojos de alguien. No sé si escribo más para sacar todo esto que tengo dentro o para que alguien del otro lado de la pantalla, en cualquier lugar del mundo, lo lea y sepa que no está solo/a. Porque sentirse solo en ciertos instantes es parte de todo este proceso. Porque maldecir la propia suerte y culparse por tener esta enfermedad también lo es. Porque no saber qué pensar ni qué hacer con toda la información a la que de repente nos vemos expuestos y que no hace más que confundirnos también lo es. Porque temerle a la posibilidad de morir, pero encontrar motivos para luchar segundo a segundo, día a día, semana a semana, mes a mes, año tras año, también lo es. Porque esta lucha no se acaba hasta que uno de los dos gana y todos los días hay que ganar pequeñas grandes batallas que nos acercan más al final de la meta.

Las personas que padecemos cáncer no somos enfermos, somos triunfadores en proceso de desarrollo y este viaje que todos estamos haciendo, corto o largo, doloroso, solitario, confuso o cómo sea que lo estemos viviendo, es una de las experiencias más grandes que tendremos que enfrentar. Y son las grandes experiencias las que nos convierten en grandes personas. Puede que ahora veamos que el camino es difícil, pero por lo que llevo de viaje, les aseguro que vale la pena esforzarnos por terminar el recorrido para que, llegados al final, darnos cuenta que somos muchísimos más fuertes y sabios de lo que éramos al comenzar. Porque lo seremos, todos nosotros.

No saben las ansias con las que espero que las quimioterapias se acaben, que me den de alta oncológica y que el episodio cáncer quede atrás. A veces trato de imaginar la alegría que podría llegar a sentir cuando suceda, sin embargo, estoy segura que estoy muy lejos de alcanzar siquiera a sospechar la inmensa felicidad que podría experimentar. Y eso me motiva, ¿saben? Terminar y cerrar la etapa, finalizar este capítulo, escribir el punto final.

Nunca le he dado al cáncer la oportunidad de matarme y nunca se la daré, porque vivir esta vida vale la pena. No quiero proyectarme en el corto plazo porque esta enfermedad me limite. Lo que quiero es sentir que tengo tanta vida por delante como la gran mayoría de las personas y que viviré cada uno de los años que vengan muchísimo mejor de cómo los hubiera vivido antes de saber que tenía cáncer. Por paradójico que sea, el cáncer está salvando mi vida y sé con certeza que, cuando lo supere, podré decir con todas sus letras: el cáncer salvó mi vida.

Me gustaría tanto que no hubieras llegado hasta este blog porque tienes cáncer o algún ser querido lo padece. Quisiera tanto poder ahorrarte el dolor que yo sentí en algún momento. Quisiera tanto que tu suerte no corriera por un carril similar al que siguió la mía... Pero, si ese es el motivo por que el que llegaste a mi página, déjame decirte que no estás solo/a. Yo estoy contigo; yo te apoyaré cuando lo necesites (y también cuando no lo hagas); yo te motivaré a subir los brazos cuando sólo pienses en bajarlos; yo te recordaré que ya eres una persona grandiosa y que son pocos los que han encontrado fortaleza en la debilidad, tal como lo has hecho tú; yo te animaré a seguir luchando hasta el final y te felicitaré cuando termines todo esto y me digas le gané al cáncer. Porque lo haremos, ¿sabes? Tú y yo venceremos al cáncer, suceda cuando tenga que suceder y cueste lo que cueste, pero lo haremos. Simplemente no dejes de dar batalla. No existen los imposibles, tú y yo ganaremos esta guerra. Que esa sea nuestra promesa. Que ese sea nuestro objetivo. Que ese sueño se convierta en nuestra realidad. Y así será.